A día de hoy, vivimos el mañana. Mientras tu cuerpo está presente en el momento -el ahora- tu mente está en la reunión que tienes en media hora, la compra que has de hacer después, las vacaciones del año que viene y el bikini que te comprarás para el verano… De 2014.
Vivimos “fast” (and furious). Vivimos ya, rápido, instantáneo, insta(gram)todo. De ahí el fast food, los menús (de primero, segundo yyyy postre) precalentados y la comida congelada.
Mi pregunta es; ¿No se puede vivir como un Usain Bolt de manera sana?
La respuesta: Sí. Podemos vivir el ahora y el después con comida del antes. Sin necesidad de convertirnos en los humanos de Wall-E, mofletudos (y bien monos!) que circulan en silla de ruedas por el futuro.
Os propongo una alternativa sana y buenísima de las patatas fritas. Os las presento; fritas falsas, lector. Lector, fritas falsas. Encantados.
Sin freírse, al horno, y sin ser patatas, si no calabaza, estas babies se han vuelto mis mejores amigas. Perfectas para acompañar, para un pica-pica o simplemente disfrutarlas (ahora!), porque están bue-ni-sisisi-mas.
Ingredientes:
1 Calabaza
Aceite de oliva
Sal gruesa
Pimienta negra molida
Romero
Receta:
Precalienta el horno a 250ºC grados.
Pela, lava y seca la calabaza. Una vez hayas hecho esto, córtala por la mitad (a lo largo), luego en cuartos y, finalmente, en tiras (como la forma típica de las “french fries”).
Coloca la calabaza cortada sobre una bandeja de hornear y rocíela con aceite. Espolvorea la sal, la pimienta negra molida y el romero de manera uniforme por toda la bandeja.
Hornear durante 30-35 minutos, dependiendo del grosor y la forma de tus chips y de lo fritas y crunchy que las quieras.
Así de fácil y rápido es cocinar sano. Os puedo asegurar que, con solo un mordisco, querréis poner pausa y quedaros congelados en este momento!
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