Aprovechando que tengo a una amiga viviendo en Shanghai, he decidido venir a verla y visitar durante unos días esta ciudad, antes de irme a otro país.
El primer día visité la parte antigua, conocida como Qibao, un montón de callecitas donde perderse, con edificios antiguos, ríos y barquitas. Lo que más me sorprendió es la cantidad de paraditas con comida que habían, y especialmente el olor que desprendían… A veces bueno, y otras no tanto… Lo más típico que vi son unos pinchos de “pork” o de pulpo. Todos los pinchos, antes de dártelos los mojaban en un cazo caliente, que aparentemente era agua.
Lo más impactante de las paraditas, unos pajaritos fritos, tal cual. No me atreví a probar… También abundaban patitos laqueados o unos tacos de tofu a la parrilla, de un sabor muy potente. Vi muchas otras cosas curiosas, como legumbres estofadas o diferentes pastas, todo muy elaborado. Puse de mi parte, pero lo difícil de China es que nadie habla inglés, por lo que debes fiarte de tu imaginación, conocimiento y sentido para saber que es lo que comes.
En Shanghai vivía en una zona muy céntrica, por lo que paraditas en la calle vi pocas más. Lo que si se ve mucho es gente comiendo en la calle, agachados en el suelo comiendo noodles en sopa con palillos y cuchara a la vez, sobretodo la gente que trabaja en las tiendas. Y con los restos de comida, tanto los suyos como los de los restaurantes, lo vierten en unos cubos en la calle para dar de comer a los animales. Lo que no puede faltar después de comer es echar un escupitajo en medio de la calle. Por lo que os podéis imaginar el festival que es pasear por China al mediodía… Entre olores y ruidos… ¡Debes tener cuidado!!
Otro día tuve la oportunidad de ir a un restaurante bastante conocido de comida China, llamado Din Tai Fung. Me dejé llevar por mis anfitriones chinos y pidieron la comida con tal de que probara lo más típico. Al principio sorprende un poco, porque todo parecen “saquitos sorpresa”, a saber que lleva dentro!! Pero resultó ser más bueno de lo que me esperaba. Lo más conocido: dumplings. Los sirven en un cuenco de madera con vapor para que no se enfríen. Son unas bolas de pasta rellenas de verduras, pescado, carne… Para comerlas, debes primero hacerles un agujerito para sacar el líquido que llevan dentro, y así mojarlas en una mezcla de vinagre con soja que te sirven. Muy bueno!!
Y para acabar, un par de curiosidades sobre los restaurantes chinos en China… No siempre tienen agua, pero si pides te o arroz blanco, te lo sirven gratis. Eso sí, o te diriges en chino, o no te entienden. Lo más importante a saber: “fuyuen” (camarero), “sue” (agua del grifo), “ziga” (esto, para señalar lo que quieres de la carta), “maitan” (para pedir la cuenta) y “xie xie” (gracias). Realmente, con esto he llegado muy lejos! Porque ni el lenguaje con símbolos es igual…! También es importante pedir la cuenta y rasca gana.
La ciudad está llena de Family Mart, unos supermercados 24h donde venden un poco de todo, hasta comida china caliente. Lo que me ha salvado puesto que algún día he ido a restaurantes a horario español y tenían cocina cerrada… Aquí comen entre 12 y 14hrs y cenan entre 18 y 21hrs. Lo que más he comido han sido unos panes rellenos de verduras o carne. También tenían unos huevos hervidos en té, que tampoco me atreví a probar… Por lo que me han dicho, es algo que se utiliza como ofrenda cuando alguien va a ser padre.